martes, 7 de noviembre de 2017

CUENTO DE QUE GUSTO TIENE LA LUNA?


QUE GUSTO TIENE LA LUNA?




Hoy se hizo un taller organizado por Irina Mora que se trataba de contar un cuento sobre la luna. Para ella el cuento es un recuerdo de su infancia que le ayudo a aprender el idioma cuando vino desde Ucraina.

CUENTO

Hacía mucho tiempo que los animales querían saber qué gusto hacía la luna. Era dulce o salada?

Sólo querían probar un trocito pequeño. Por las noches, miraban ansiosos hacia el cielo. Se ponían de puntillas y estiraban el cuello, las piernas y los brazos, todo intentando cogerla. 
No les servía de nada, y ni siquiera el más grande de los animales era capaz de tocarla.
Un buen día, la pequeña tortuga decidió subir a la montaña más alta para poder llegar a la luna

-Sube, sube ... Tortuga, sube.

Desde allí arriba, la luna estaba más cerca; pero, aún así, la tortuga no la poder tocar.
-Uy! No llego!
-Tortuga, levántate. Levántate un poco más.

Entonces, llamó la elefante.
-Elefante ven! Ven elefante!
-Sube, sube ... Elefante sube, encima de la tortuga.

-Si te subas a mi lomo, quizás llegaremos a tocarla.
-Elefant, ponte encima de la tortuga!
-Uy! No llego!
-Elefante, estira la trompa. Estira un poco más.
La luna pensó que se trataba de un juego. Y, a medida que el elefante se le acercaba, ella se alejaba poco a poco.
-¿Qué haces luna?
-¿Por qué subes?
-Déjate coger por favor?
Como el elefante no pudo tocar la luna, llamó la jirafa.
-Jirafa ven! Ven jirafa!
-Si te pones encima de mi lomo, quizás llegaremos a tocarla.
-Jirafa, ponte encima de la tortuga y encima el elefante!
-Uy! No llego!
-Jirafa, estira el cuello. Estira un poco más.
Pero, al ver la jirafa, la luna subió un poco más. Y la jirafa que no paraba de estirar su cuello, tampoco pudo lograr su propósito.
-¿Qué haces luna?
-¿Por qué subes?
-Déjate coger por favor?
Y llamó la cebra.
-Zebra ven! Ven cebra!
-Sube, sube ... Zebra sube.
-Si te subas encima yo, tal vez llegaremos más cerca de ella.
-Zebra, ponte encima de la tortuga, encima el elefante y encima la jirafa!
-Uy! No llego!
-Zebra, estira el cuello. Estira un poco más.
La luna le cogió gusto al juego, y volvió a subir un poco más.
La cebra se esforzó mucho y mucho, pero tampoco pudo tocar la luna.
-¿Qué haces luna?
-¿Por qué subes?
-Déjate coger por favor?
Y llamó el león.
-León ven! Ven león!
-Sube, sube ... león sube.
-Si te subas a mi lomo, quizás llegaremos.
-León, ponte encima de la tortuga, encima el elefante, sobre la jirafa y encima la cebra!
-Uy! No llego!
-León, estira el cuello. Estira un poco más.
Y, cuando la luna vio el león, se va alejarse, de nuevo, un poco.
-¿Qué haces luna?
-¿Por qué subes?
-Déjate coger por favor?
Tampoco lograron tocar el luna esta vez, y llamaron la
zorro.
-Zorro ven! Ven zorro!
-Sube, sube ... zorro sube.
-Si montas en mi lomo, lo conseguiremos, seguro -dijo el león.
-Zorro,ponte encima de la tortuga, encima del elefante, sobre la jirafa, encima la cebra y encima el león!

-Uy! No llego!

-Zorro, estira el cuello. Estira un poco más.

Sólo ver el zorro, la luna volver a subir un poco más.

Le faltaba un poquito de nada para llegar, pero la luna comenzó a
desaparecer más y más.
-¿Qué haces luna?
-¿Por qué subes?
-Déjate coger por favor?
Y el zorro llamó el mono.
-Mono ven! Ven mono!
-Sube, sube ... mono sube.
-Ahora sí que lo conseguiremos. Au! Sube encima!
-Mono, ponte encima de la tortuga, encima el elefante, sobre la jirafa, sobre la cebra y encima el león!
-Uy! No llego!
-Mono, estira los brazos. Estíralos algo más.

La luna, sólo ver el mono, va retroceder un poco más.
El mono ya podía olerla; pero, de tocarla, ni hablar!
-¿Qué haces luna?
-¿Por qué subes?
-Déjate coger por favor?
Y llamó el ratón
-Raton ven! Ven ratón!
-Sube, sube ... ratón sube.
-Sube a mi lomo. Ya verás que lo conseguiremos.
La luna se miró el ratón y pensó:
-Un animal tan pequeñito no me podrá coger nunca jamás!
Y, como que empezaba a estar un poco harta de aquel juego, la luna se quedó donde estaba.
Entonces, el ratón se subió encima de la tortuga, del elefante, de la jirafa, de la cebra, del león, del zorro, del mono y ..
De un mordisco, arrancó un trocito de luna. Lo paladear con deleite, y luego en dio un trocito al mono, al zorro, el león, la cebra, la jirafa, al elefante y la tortuga. Y el gusto de la luna les pareció exactamente lo que más gustaba a cada uno de ellos.
Esa noche durmieron juntos
El pescado, que lo había visto todo, no entendía nada, y dijo:
-Y ahora! Tanto esfuerzo para llegar a la
luna, allá arriba en el cielo.Que no ven que aquí, en el agua, hay
una de más cercana?


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