Conozco una niña que se llama Inés, vive en un pueblo de la provincia de Lleida y tiene muchos amigos y amigas. A Inés le gusta ir a jugar a la plaza del Ayuntamiento, al lado de la escuela. Aunque lo que más le hace sonreír es que su hermano mayor Sergio, le cuente historias de cuando era pequeña.
Como soy su amiga… sé que Inés guarda un secreto en su habitación: Debajo de la cama esconde una maleta de color verde con unas rayas amarilla que hace pensar en grandes misterios y quizás por ello, posee unos poderes mágicos que solo la niña ha sabido descubrir. Nadie sabe que la tiene oculta detrás de los juguetes.
Cuando acaba el día y llega la noche, la saca de su escondite. Entonces…La abre rápidamente, para colocar dentro de ella todas las cosas que durante el día le han dado un poquito de alegría como… La leche con galletas que se tomó en el desayuno…La sonrisa de Jaume en la hora del patio… Los dibujos animados que vio por la tarde en casa de su abuela… y también las cosas que la pusieron un poquito triste como…la cara de disgusto de mamá por tardar en levantarse por la mañana o esas sumas que a la hora de mates no terminaron de salirle bien… Pero.- ¿sabéis que ocurre en ese momento? Se oye algo parecido a ¡BLABADABLUGJ¡ Y cuando mira dentro de la maleta aparecen bien colocadas las cosas alegres pero, -las cosas tristes- lentamente se vuelven invisibles hasta desaparecer.
Pero Inés…hace unos días que está muy cansada al llegar del cole y no tiene interés en las historias que le explica Sergio, ni desea tomarse esas galletas que moja en la leche para desayunar. Su abuela está preocupada porque los dibujos animados parece que ya no le gustan… y aun más… Una noche, al colocar las cosas alegres y las cosas tristes en la maleta, no tuvo ganas de cerrarla con fuerzas para hacer magia.
Ana la mamá de Inés, al darle el beso de buenas noches la miró y le preguntó:
- ¿Qué te pasa estás cansada?
- Mamá no lo sé…; Es como si no tuviera ganas de ir al cole y, mis piernas no quisieran ir a jugar.
- Creo Inés que hemos de ir al médico. Él te ayudará a recuperar las ganas de jugar.
Inés y sus papas fueron a ver a Javier su médico, este al ver a Inés dijo con voz muy amable:
- A ver… A ver… Haremos unos análisis.
-Inés que deseaba recuperar sus ganas de jugar, dijo bajito:
-Bueno…
Al día siguiente regresó a la consulta de Javier y este tomándola por los hombros le explicó:- Inés, vas a ir al hospital y allí te vamos ayudar a que te pongas bien, se despidieron pero Inés se quedó muy pensativa. Al llegar a casa ocurrió algo extraordinario: escucho que una alegre voz salía de debajo de la cama. Puso mucha atención y reconoció la voz de su maleta mágica…
-“Inés, irás al hospital y yo iré contigo, nadie sabrá que estoy a tu lado, así podremos jugar cada noche. En el hospital hay médicos y enfermeras que te cuidaran mucho. Ahhh y también hay un cole.
-¿Un colegio en el hospital?- Preguntó sorprendida.
-Sí, un colegio para poder seguir con tus mates, realizar nuevos trabajos y encontrar muchos amigos y amigas.
Antes de marchar de casa, sin que nadie la viera escondió la maleta mágica debajo de su abrigo y se fue para el hospital.
Al llegar María la enfermera le explicó: -Inés esta es la planta de Hematología, aquí estudiaremos que ocurre en tu cuerpo y en tu sangre…
UYS… ¡Qué raro suena esa palabra! – Pensó Inés-. Hematoloqué?
María continuó:- Vamos a cuidarte para saber donde se ha escondido tu fuerza, pero…después estarás con otros niños y niñas del hospital y podrás hacer nuevos amigos y amigas. ¿Qué te parece?
-Sí-, dijo Inés bajito recordando lo bien que se lo pasa en la plaza de su pueblo.
-También podrás ir a la escuela
-Si, dijo Inés bajito recordando que las mates no le gustan.
Cuando marchó la enfermera, dijo:
-Mamá voy a ir al lavabo, Allí sacó la maleta de su escondite. La pobre maleta estaba casi ahogada
¡¡¡ AC, ac, ac… Por fin!!!
¡Sal… estamos en el hospital!
-¿Tieneeeessss algooooo que colocarme dentro? -Soltó casi sin aliento la maleta-
-Siiii, respondió Inés- Me han dicho que aquí recuperaré mis fuerzas…
Entonces la maleta se cerró, mientras se oía ¡BLABADABLUGJ¡ y al momento, la niña se sintió un poco más fuerte.
Cada mañana, María la enfermera, le ponía el termómetro y le explicaba que parte de su cuerpo estudiarían ese día, después pasaba Javier, su médico y le iba contando con palabras muy fáciles, los resultados de las pruebas.
Pero ocurrió que una mañana Javier entró en la habitación de Inés y sentándose junto a ella le quiso aclarar:
-Inés, ya sabemos como hacer que tengas ganas de jugar pero para eso tendrás que estar un tiempo en el hospital y después podrás irte a tu casa pero deberás de volver de tanto en tanto. Quizás alguna vez cuando vengas, estarás unos días con nosotros. ¿De acuerdo?
A Inés no le gustó mucho la idea, pero recordó que hacía días que no colocaba cosas en su maleta y fue a toda prisa a buscarla. La abrió y puso las palabras que su médico le había dicho dentro y al cerrar la se oyó ¡BLABADABLUGJ¡ y al mirar en su interior, vio asombrada que había unas galletas y se las comió… al masticarlas pensó:
¡Qué ricas están las galletas¡ y sonrió, Junto a las galletas había una goma y un lápiz e Inés entendió que era para ir al cole del hospital y se puso muy contenta.
Así fue como Inés cada día se tomaba su temperatura, le hacían análisis, aunque no le gustaba que le pincharan… o radiografías y también estudiaba mates, aunque seguía equivocándose en las sumas. Una mañana Javier con su bata blanca y con cara sonriente le hablo:
-Ya sabemos como darte mucha fuerza para que vuelvas a tener ganas de jugar, te vamos a dar unas medicinas muy especiales que ayudan al cuerpo a encontrar donde se esconde la fuerza. Podrás irte a casa, pero… algunos días has de regresar al hospital.
¡Qué contenta estaba Inés. Volvía a casa…
Inés se sentía un poquito más fuerte, el color empezaba a regresar a su cara y cuando iba al hospital… traía los deberes que Luisa su profesora, le preparaba para hacerlos en la escuela. Una tarde al llegar nuevamente al hospital, Javier la esperaba en la planta de Hematología y poniéndole las manos sobre los hombros comentó:
¿Recuerdas que andábamos buscando tus fuerza y te dábamos esas medicinas especiales, pues han ayudado a que te encuentres mucho más fuerte, tu sabes que a veces los médicos, decimos palabras muy raras, como quimioterapia, radioterapia… Pero cuando hablamos así, nos referimos a diferentes maneras de sacar la fuerza de su escondite.
¡UFFFF los médicos a veces dicen cada palabra…- Pensó Inés-
-Pues hoy vamos hacer una prueba a ver si han hecho efecto. ¿ miramos a ver que ocurre?
-Si, susurró Inés
Le trajo un vaso de leche con galletas y ñam ñam se lo tomó enseguida. En aquel momento, Sergio le preguntó a la niña si quería que le explicara que hacía cuando era bebé… La niña ruborizándose contestó:
-UYS… sí , pero aquí… me da vergüenza. -La cara de Inés se iba alegrando y en voz alta dijo-:
- Desearía ir a ver los dibujos a casa de la abuela…
El médico se echó a reír diciendo: -Esta es la última prueba. Casi, casi ya has encontrado tus fuerzas.
Inés tenía muchas ganas de llegar a casa… fue a su habitación y sacó su maleta verde con rayas amarillas de debajo de la cama, puso en ella rápidamente todo lo que el médico le había dicho y se oyó. ¡BLABADABLUGJ¡…
Y echándose a reír… dijo la maleta… ¡¡¡¡¡¡ehhh cuidado no me cierres con tanta fuerza!!!!!!