Hoy hemos hecho un nuevo taller de cuencos tibetanos en el aula hospitalaria.
En general hemos tenido alumnos/as de corta edad. Los cuales les gustaba más tocar que preguntar. O sea realizaron preguntas, aunque con muchas ganas de acercarse a los instrumentos musicales, eso sí.
Han disfrutado mucho del poder experimentar con los cuencos.
De verdad que para mi es fascinante, la cara de asombro, de felicidad, que les sale, cuando el sonido del cuenco les seduce, ya sea tocando o escuchando.
Es curioso, tambien decir que los/as papas decian "si estas un poco más, me duermo" "que relajado te quedas.
je je, esa es la idea.
Hasta la proxima.
Javi Morales
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