lunes, 10 de octubre de 2016

Cuentos que palían, curan o consuelan

Cuentos que palian, curan o consuelan: la terapia con cuentos como promoción de la salud. Por la Dra Toñy Castillo
 “Cualquier sufrimiento puede ser tolerado si es convertido en relato.” Boris Cyrulnik,

toñy ceuta “La finalidad de la lectura debe se que el lector sea capaz de leer su propio libro interior y descifrarlo” “Mientras la lectura sea para nosotros la iniciadora cuyas llaves mágicas nos abren en nuestro interior la puerta de estancias a las que hubiéramos sabido llegar solos, su papel en nuestra vida es saludable. Se convierte en peligrosa, por el contrario, cuando, en lugar de despertarnos a la vida personal del espíritu, la lectura tiende a suplantarla, cuando la verdad ya no se presenta como un ideal que no esté a nuestro alcance por el progreso intimo de nuestro pensamiento y el esfuerzo de nuestra voluntad, sino como algo material, abandonado entre hojas de los libros como un fruto madurado por otros y no tenemos más que molestarnos en tomarlo de los estantes de las bibliotecas para saborearlo a continuación pasivamente” Marcel Proust (2002).
Definiríamos promoción de la salud a todo proceso encaminado hacia la mejora de la calidad del  bienestar y los niveles de control que inciden en el autocuidado. Ha de estar basada en acciones, actitudes educativas y  preventivas en beneficio de la adquisición de hábitos saludables bajo la preocupación de dotar de elementos y estrategias a nivel personal  social e institucional.
 La educación en salud  de niños y jóvenes ha de estar orientada a la adquisición de conocimientos, y habilidades que potencien buenas actitudes, desarrollando entornos de praxis que ayuden a la responsabilidad, adaptación y  autonomía frente a la prevención y posibles enfermedades.
El niño durante su desarrollo, presenta una serie de necesidades que deben ir cubriéndose durante su infancia y adolescencia, ya que una situación de carencia de las mismas, puede dar lugar a una larga lista de problemáticas asociadas. Si bien al estar enfermos se proporciona servicios médicos especializados también deben tenerse en cuenta otros factores que inciden en reducir los efectos psicosociales que producidos por la patología  y que actúan como agentes estresores con consecuencias sociales y psicológicas tanto para el niño como para sus padres. Citando a Calvo y Ortiz (2003) para reducir los efectos negativos debemos diseñar una intervención que englobe las dimensiones del niño sanitaria, psicológica y educativa y mantener un comportamiento que apoye al niño en su enfermedad. Citado por Negre, F. (2001).
 Las diferentes patologías pueden conllevar en el niño estados de intranquilidad emocional. Chapman y Gravin (1993) definen el sufrimiento como “un estado cognitivo y afectivo, complejo y negativo, caracterizado por la sensación que experimenta la persona de encontrarse amenazada en su integridad, por el sentimiento de impotencia para hacer frente a esta amenaza y por el agotamiento de los recursos personales y psicosociales que le permitirían afrontarla” Bayés, (1998). Considera  que, una persona padece cuando esta  experimenta o teme que le acontezca un daño físico o psicosocial que valora como un peligro importante para su  vida o integridad psicosocial y/u orgánica y, al mismo tiempo, cree que carece de recursos para hacer frente con éxito a esta amenaza. La esencia del sufrimiento Shaver (2002)  puede ser destilada en tres categorías generales:
  • Abandono de sí mismo
  • Aislamiento
  • Pérdida de significado

Las intervenciones terapéuticas
Abandono de sí mismoEscucha reflexiva, validación, presencia silenciosa, ayuda para crear un espacio de cuidado seguro y el afecto incondicional.
Aislamiento La comunicación de ayuda, compartir historias, énfasis en vivir el presente.
 Pérdida de significadoRevisión de la vida, reorientación del sentido de control y hacerle participar al enfermo en lo que él desee.

Para ayudar a disminuir el sufrimiento de una persona será preciso trabajar los siguientes objetivos:


Identificar
Síntomas, estados o situaciones –biológicos, cognitivos o cambiantes – que son valorados por el paciente como una amenaza importante, estableciendo su grado de priorización amenazadora desde su punto de vista.

Eliminar
Compensar
Atenuar
Los síntomas. Si no es posible conseguir su eliminación o paliación, será necesario tratar de suavizar la amenaza que representan para cada paciente, incrementando sus recursos y percepción de control sobre la situación, al facilitarle, por ejemplo en la medida de lo posible, una información, que sea, a la vez, veraz, clara y tranquilizadora.
Descubrir
Potenciar
Los propios recursos del niño  enfermo, o proporcionarle nuevos, con el fin de disminuir eliminar o prevenir su sensación de indefensión e incrementar su percepción de control sobre la situación. Le será de mucha ayuda facilitarle el aprendizaje de habilidades de comunicación, técnicas de solución de problemas que le permitan en cada momento el mayor grado de decisión y autonomía posibles.

Incrementar
El grado de predictibilidad sobre la situación proporcionándole señales de seguridad.

Tratar
La depresión con medidas farmacológicas y/o psicológicas para modificarla o compensarla.


Procurar
Siempre que sea posible, eliminar o paliar el sufrimiento a través de aumentar su gama de satisfactores, proporcionando al enfermo un sentimiento de serenidad que le permita vivir el momento presente de la manera más completa.
Bayés R (2001)

 ELEMENTOS A CONSIDERAR  EN TRATAMIENTOS TERAPÉUTICOS:
Las respuestas a las situaciones de enfermedad en los niños generan abatimiento, trastornos del sueño -como los terrores nocturnos- y trastornos del apetito -que ocasionan con frecuencia hiperactividad e irritabilidad, entre otras (Prugh y Ocekardt, 1984). Bennet (1994) apunta que “los trastornos psicológicos de niños enfermos se deben, en parte, a sus pocas oportunidades de socialización, a la extrema dependencia de sus padres, al equipo de salud y a sus limitaciones físicas”. Para poder ayudarlos a entender su enfermedad, se les ha de proporcionar una información sincera, precisa y apropiada a su edad sobre lo que les está pasando. Balbás y Jaramillo (1998) apuestan que de esta manera los ayudamos a que la conciban y la asimilen mejor.
La necesidad de afecto: Todos y cada uno de nosotros, necesitamos sentirnos queridos, parte importante de un entorno, en situación de enfermedad esta búsqueda del hombre, se ve incrementada y la sensación de ser querido es un estímulo y a la vez, un apoyo para enfrentar situaciones difíciles, delante de problemas en general y en el caso que nos preocupa, de miedo a la no salud. Para Cassell (1982), “el alivio del sufrimiento y la curación de la enfermedad son las verdaderas obligaciones de la profesión sanitaria dedicada al cuidado del enfermo.”
El objetivo central es ayudar a revisar al paciente los modelos representacionales de sí mismo y de sus figuras de apego, los cuales rigen actualmente sus percepciones, predicciones y actos”. Citado por  Vernengo (2005) “Respecto a las variables de función, la literatura existente destaca el rol que el soporte social ejerce en la satisfacción de necesidades básicas, como son un sentimiento de afiliación y de dependencia, apoyo afectivo e instrumental que elevan la autoestima y proporcionan directrices para mejorar las capacidades de resolución de problemas” Captan, (1974); Pearlin, Menaghan y Lieberman, (1981)
Atender las necesidades afectivas de los niños en la atención sanitaria es una de las claves del éxito de la misma medido en el bienestar de los niños y en su pleno desarrollo, para atenderlas los profesionales deben incorporar de forma activa y consciente algunas pautas de trabajo específicas.”Ello subraya el hecho de que los vínculos emocionales, base del desarrollo del menor, se construyen sobre la base de una confianza mutua, al igual que la relación médico paciente.
Si el niño tiene indicio alguno de que vive en una mentira, o al menos, en un secreto a voces, dicha certeza puede dañar los vínculos ya establecidos y dificultar enormemente los que pudiera establecer posteriormente” Horno.P (1999).
 Responder con afecto y respeto, claridad y dignidad al contacto físico y al acompañamiento humano, como nos gustaría que otras personas lo hicieran con nosotros. Muchos de sus motivos de preocupación solo serán revelados a sus interlocutores si estos se muestran sensibles y atentos para comprender lo que subyace detrás de sus comentarios y en las dudas o temores no expresados. Astudillo, W (2002).
Se ha de tener en consideración como educadores: Que las personas delante de cualquier pérdida de estabilidad y evidentemente la falta de salud lo es, buscan apoyo de comprensión y este se hace necesario, para sentirse un poco más protegidos frente a sus miedos. “Actualmente, existe consenso sobre el hecho de que el estado de estrés que un sujeto muestra no puede predecirse adecuadamente a partir solamente de la intensidad de sus fuentes, sean estos acontecimientos vitales, tensiones vitales crónicas, disminución de los recursos personales del sujeto para afrontar problemas o las tres cosas” Marsella, (1984).Abraham Maslow (1982) planteó en su libro Motivation and Personality (Motivación y Personalidad) el concepto de la “Jerarquía de Necesidades”, en él nos señala una serie de prioridades que nos atañen a todos, él presenta una pirámide, con ella pretende decirnos que una vez conseguido las necesidades básicas, el hombre  necesita sentirse comprendido y amado.

Fisiológicas
Estas necesidades constituyen la primera prioridad del ser humano y están relacionadas con la supervivencia del mismo.

Seguridad
Están relacionadas con su satisfacción y mantenimiento de un estado de orden y seguridad.

Sociales
Una vez satisfechas las necesidades anteriores (fisiológicas y de seguridad). La persona busca la relación social como medio de interrelación.

Reconocimiento
Estas mantienen una relación directa con el ser, con el “ego” y evidentemente con la autoestima de la persona.
Autosuperación
También conocidas como de autorrealización o autoactualización, que se convierten en el ideal para cada individuo, todas las personas necesitamos superarnos y sentir que lo hacemos.

 El hombre promedio es un ser completo cuyas capacidades y facultades han sido inhibidas y obstaculizadas” Maslow y Lowry (1973). El trato digno a los pacientes pediátricos nos llevan a estudios realizados por Chochinov y otros (2002) que  desarrollaron un “mapa terapéutico” para un amplio abanico de cuestiones fisiológicas, psicológicas, sociales y existenciales para abordar este tema. De estas percepciones se han extraído tres categorías básicas:
  • Preocupaciones relacionadas con la enfermedad.
  • Cuestiones que afectan la preservación de la dignidad desde el punto de vista de la persona.
  • Cuestiones que afectan a la preservación de la dignidad desde el punto de vista social.
  La necesidad de empatía: Para conocer, comprender y reconocer, los sentimientos de las otras personas y las circunstancias que le rodean, en alguna ocasión, oímos hablar de ella como: “ el sentir lo que otras personas sienten “.Esto no es correcto y además reduciríamos el término a un proceso emocional - nadie puede sentir exactamente lo que siente otra persona, debido a que no es la otra persona- la empatía es ser consciente de las situaciones que nos plantean otros e intentar situarse en su lugar.  Horno, P.  (1999) “El niño es un ser, de por sí abierto y sensible a lo que ocurre en su medio, tanto más un niño enfermo. Las preguntas sobre su realidad se las hace siempre, que las formule a su entorno o se las calle para sí depende de cada caso, del miedo que tenga a hacer explícito algo de lo que nadie habla, la oportunidad, las circunstancias, los vínculos emocionales,  en el caso de las enfermedades crónicas o terminales, además, hay un aspecto esencial, la enfermedad implica siempre la vivencia de un duelo: por lo que pudo haber sido y nunca fue, por lo que era y ya no es y por lo que querría ser y nunca será.
 Pero en el caso de las enfermedades crónicas o terminales, vivir de un modo sano ese duelo es un factor clave para el desarrollo de la enfermedad, como en todas las enfermedades crónicas, y para ello el niño necesita poder expresarlo, hablar de ello. Todo lo que se le oculte pasará factura, tanto más si lo descubre por otros medios que no sean las personas en quienes confía.”  No se puede tratar la enfermedad como algo que le ocurre  al cuerpo. La persona sufre también por la vivencia de amenaza que le proporcionan su desamparo, su soledad y su dolor Cassell (1982).
La necesidad de conocimiento: En multitud de ocasiones el desconocimiento de lo que comporta las diferentes patologías provoca  en los niños una situación de angustia y de impotencia delante de las mismas. “El desarrollo de una comunicación adecuada es el elemento clave para la detección de las necesidades del enfermo en fase terminal y orientar el trabajo que se realice para mantener su calidad de vida”  Doyle (1987).
Delante de un proceso de enfermedad la información dada ha de ser clara, didáctica y entendedora, evitando los tecnicismos e intentando marcar las pautas claras del entorno necesario para el bienestar del paciente. Horno, P (1999) “Dentro de la relación profesional paciente, cuando el paciente es un niño se dan algunos aspectos que deberían tenerse en cuenta especialmente, incorporándose al hacer de los profesionales”.
En muchas ocasiones, los profesionales no sólo del ámbito sanitario, sino de todas las disciplinas, asumen ante los niños una posición de protección ante ellos, intentando evitarles todo el sufrimiento posible. El problema, surge  cuando este sufrimiento es una evidencia que no podemos evitar, tanto más cuando necesitamos la implicación del niño para intervenir sobre las causas médicas de ese sufrimiento.
  • Proteger a los niños no debe significar mantenerles al margen, sino adaptarse a su condición y necesidades:
  • Adaptar el modo de comunicar la información al estadio evolutivo del niño no tiene por qué significar dar menos información, sino darla del modo adecuado.
  • La información en sí misma no hace daño al niño sino el modo e implicaciones que ésta tiene.
La enfermedad en el niño suele desencadenar episodios de introspección o respuestas apáticas, en ocasiones, no desea comunicarse e incluso, puede no tener ganas de jugar, en estos casos se han de estimular  para que puedan expresar sus temores y facilitar un ambiente de seguridad afectiva que favorezca su salud anímica y repercuta sobre su estado general,  por este motivo elementos de imaginación y creatividad están presentes en su entrono ya que se considera parte del mismo proceso de educación integral. las claves de  intervención, ha de garantizar que el niño tenga herramientas en su entorno para poder afrontar la información que ha de asumir. Tomaremos como referencia la cuentoterapia un recurso que mediante textos puede ayudar al niño, joven e incluso al adulto a extrapolar sus inquietudes y a reconocer situaciones que le ayuden en su  estado emocional.
La cuentoterapia intenta influir en el desarrollo y la personalidad mediante el uso de cuentos   favoreciendo la interrelación entre el lector  y la lectura sugerida (Marcel Proust). Hoy no se discute el valor educativo que los cuentos terapéuticos ejercen sobre los niños.  Entendiendo como tal, los niveles de influencia sobre su bienestar emocional en proceso de sufrir enfermedad. Quizás, al hablar de esta disciplina deberíamos remontarnos a la necesidad de toda persona a sentirse considerado y formando parte de un espacio donde, la empatía y la comprensión se una a una actitud que comporte el reconocimiento de todas y cada una de las personas y sus diferencias. Aportando elementos que ayude a un abordaje en beneficio de nuestra salud psíquica. Señalando como efecto terapéutico el hecho de introducir a la persona en el reflejo de su propia historia y llegando a la identificación por sentirse parte de la misma.
Tradicionalmente, los cuentos han formado parte de nuestras vidas mediante ellos, la imaginación ha volado a lugares diferentes de nuestro “yo” y el mundo circundante, fortaleciendo nuestra creatividad y ayudando a crecer la personalidad, pero quizás, remarcaríamos el gran poder que estos tienen en la resolución de los propios conflictos.
 Al escuchar una narración nos introducimos dentro de la historia y esta nos puede ayudar a conocer, reconocer y aceptar los sentimientos que ellas emergen, pudiendo ayudarnos mediante identificaciones al abordaje de situaciones difíciles y dolorosas de nuestra existencia.
 Los cuentos y las narraciones  adentran mediante textos sencillos introducen al lector en historias reales o imaginarias y es en ese instante donde un mundo de historias  nacen delante del niño con la intencionalidad de potenciar y satisfacer su vida interna. Enriqueciendo aspectos psicológicos y emocionales, ofreciendo, un marco de inmersión donde la imaginación y la comprensión de situaciones expuestas,  pueda ayudar a la aplicación de soluciones temporales, permanentes  o al afrontamiento  de sus temores. Proporcionándoles un entorno de seguridad que permita la comprensión de sentimientos, angustias  y actitudes que manifiestan en silencios. Favoreciendo el acercamiento a sus emociones. Milton Erickson, médico y terapeuta  utilizaba los cuentos  didácticos en las sesiones que realizaba con sus pacientes, en ellos cargados de metáforas ingenio, intentaba modificar la, emociones y las conductas convencidas de que las personas tenían recursos para resolver las situaciones y que la tarea del terapeuta era apoyar la puesta en marcha de estos recursos.
La intencionalidad de utilizar literatura terapéutica es conseguir  cambios positivos en el lector, ya que pueden incidir en el crecimiento personal, estimulando el sentido crítico, los valores, inquietudes y conflictos. (Burder, 2004): El cuento para ser terapéutico ha de aportar un final feliz o positivo, implica un mañana, una esperanza, un futuro, una idea de proyecto a concretar.  Ya que es la oportunidad de recuperar y recuperarse de una situación traumática en beneficio de la persona.  Hemos de pensar que la residencia  (al hablar de este término nos referimos al conjunto de habilidades, adaptabilidad y búsqueda de recursos para la construcción de conductas positivas) se enmarca dentro de un proceso constructivo y dinámico que permite sobreponerse a las adversidades, Melillo y Ojeda (2001) “La resiliencia se produce en función de procesos sociales e intrapsíquicos. No se nace resiliente ni se adquiere “naturalmente” en el desarrollo depende de ciertas cualidades del proceso interactivo del sujeto con otros seres humanos”.  Pilares que se fundamenta:
  • Introspección: desde el conocimiento de uno mismo a preguntas
  • Autoconocimiento
  • Iniciativa delante de situaciones concretas
  • Separación de  “yo” y los problemas que nos envuelven
  • Capacidad de comunicación con los demás
  • Creatividad a partir de situación que nos preocupa....
Los cuentos desean producir en efecto, reacción en los niños, entre ellos según  Camps A. y Marín, J (1997)  señalaría los siguientes:
  • Dotar de significado las respuestas ante la vida
  • Encanto, placer, distracción, entretenimiento, diversión
  • Hábitos de atención
  • Construcción  de opinión crítica
  • Observación de realidades
En ocasiones la cuentoterapia plantea situaciones que adentran al lector en su propia historia y en las dificultades del vivir. Así como los personajes se enfrentan a los problemas y va superando aquellos obstáculos, estos relatos pueden ayudar al lector a la superación de de situaciones ya que tienen un gran valor didáctico y llegando a convertirse en terapéuticos. Caballo y Buela-Casal (1991) se trata del “empleo de materiales escritos (manuales de autoayuda) para ayudar a los pacientes a modificar su conducta, sus pensamientos o sus sentimientos” Mediante  la lectura  la persona  puede (Gold, 2008):
  • Llegar a la Identificación con el personaje y los hechos de la historia.
  • Implicación  emocional propiciando la  liberación de emociones.
  • Auto-reconocimiento.  Por la Identificación de las posibles soluciones a sus problemas.
Los cuentos con finalidades terapéuticas: se puede incidir en las motivaciones y en los cambios de actitudes  desarrollando el conocimiento en mejora del autoconcepto. Según la opinión de la Dra. Vivian Ravelo, (1994) especialista de psiquiatría infantil: “Lograr cambios en la comunicación con los demás, la expresión adecuada de sentimientos positivos y negativos, mejorar la estima y seguridad de sí mismo, ampliar el modelo que tiene del mundo y encontrar alternativas a la solución de los problemas, son los objetivos perseguidos por las narraciones con finalidad terapéutica y a la vez potenciando la empatía con personas que se encuentran en una situación parecida, a la vez que nos puede enseñar el camino para afrontar  o solucionar los problemas mediante mecanismos o diseño de estrategias facilitadoras”
 En salud se llevan décadas trabajando la cuentorerápia entendiendo que la cuentoterapia es una modalidad de la biblioterapia,  siendo una  intervención estandarizada
 Bulechk G MªClasificación de Intervenciones de Enfermería (NIC) (2009). Elsevier Health Sciences.2009. Pag. 194 nos define  el concento   la biblioterápia (COD. NIC 4680) como:
  • Utilización terapéutica de la literatura para potenciar la expresión de sentimientos y la resolución activa de problemas, afrontamiento o perspicacia.
  • Identificar las necesidades emocionales, cognitivas, de desarrollo y situacionales del paciente.
  • Determinar la capacidad del paciente de leer de forma independiente.
  • Establecer los objetivos de la terapia (p-. ej. cambio emocional, desarrollo de personalidad, aprender nuevos valores y actitudes).
  • Seleccionar los libros que reflejen la situación o sentimientos experimentados por el paciente.
  • Consultar con un bibliotecario experto en la búsqueda de libros
  • Consultar fuentes para recomendar literatura para la terapia
  • Realizar las selecciones adecuadas al nivel de lectura.
  • Seleccionar historias, poemas, ensayos, artículos, libros de autoayuda o novelas que reflejen la situación o sentimientos que está experimentando el paciente.
  • Leer en voz alta, si es necesario o factible.
  • Utilizar fotos e ilustraciones.
  • Fomentar la lectura y relectura
  • Ayudar al paciente a identificarse con los personajes y el contenido emocional de la lectura.
  • Examinar y hablar sobre los sentimientos expresados por los personajes
  • Ayudar al paciente a reconocer cómo la situación en la literatura puede ayudarle a hacer los cambios deseados.
  • Seguir las sesiones de lectura con sesiones de juegos o trabajos de modelación de roles, ya sea de forma individual o en grupos de terapia.
  • Evaluar la consecución de objetivos.

CUENTOS QUE CURAN, ALIVIAN O CONSUELAN.  Colección cuentos de la luna.
maletamagica[1] Afrontamiento y cancer : La maleta mágica. T, Castillo
Hola,  soy la luna y me gusta contar historias a los niños y las niñas. Hoy desearía que leyeras atentamente este cuento, en él narra lo que le sucedió a una amiga mía. Inés, ella tenía una maleta mágica y dentro colocaba sus momentos alegres y tristes, pero todas y todos tenemos nuestras maletas mágicas, cuando termines de leer esta historia y sin que nadie te vea, busca u sitio para guardarla… Ahhh y no te preocupes, nadie la verá… pues es invisible y solo la ves tu. Te mando como a Inés un beso y espero que cada noche me busques entre las nubes.
Hola, mírame, estoy aquí detrás, en mitad del cielo. ¿Puedes verme? Mira bien soy la Luna y soy amiga de todos los niños y niñas. Estoy aquí para contaros una historia. ¿Queréis escucharla?
Conozco una niña que se llama Inés, vive en un pueblo de la provincia de Lleida y tiene muchos amigos y amigas. A Inés le gusta ir a jugar a la plaza del Ayuntamiento, al lado de la escuela. Aunque lo que más le hace sonreír es que su hermano mayor Sergio, le cuente historias de cuando era pequeña.
Como soy su amiga… sé que Inés guarda un secreto en su habitación: Debajo de la cama esconde una maleta de color verde con unas rayas amarilla que hace pensar en grandes misterios y quizás por ello, posee unos poderes mágicos que solo la niña ha sabido descubrir. Nadie sabe que la tiene oculta detrás de los juguetes.
Cuando acaba el día y llega la noche, la saca de su escondite. Entonces…La abre rápidamente, para colocar dentro de ella todas las cosas que durante el día le han dado un poquito de alegría como… La leche con galletas que se tomó en el desayuno…La sonrisa de Jaume en la hora del patio… Los dibujos animados que vio por la tarde en casa de su abuela… y también las cosas que la pusieron un poquito triste como…la cara de disgusto de mamá por tardar en levantarse por la mañana o esas sumas que a la hora de mates no terminaron de salirle bien… Pero.- ¿sabéis que ocurre en ese momento? Se  oye algo parecido a  ¡BLABADABLUGJ¡ Y cuando mira dentro de la maleta aparecen bien colocadas las cosas alegres pero, -las cosas tristes- lentamente se vuelven invisibles hasta desaparecer.
Pero Inés…hace unos días que está muy cansada al llegar del cole y no tiene interés en las historias que le explica Sergio, ni desea tomarse esas galletas que moja en la leche para desayunar. Su abuela está preocupada porque los dibujos animados parece que ya no le gustan… y aun más… Una noche, al colocar las cosas alegres y las cosas tristes en la maleta, no tuvo ganas de cerrarla con fuerzas para hacer magia.
Ana la mamá de Inés, al darle el beso de buenas noches la miró y le preguntó:
- ¿Qué te pasa estás cansada?
- Mamá no lo sé…; Es como si no tuviera ganas de ir al cole y, mis piernas no quisieran ir a jugar.
- Creo Inés que hemos de ir al médico. Él te ayudará a recuperar las ganas de jugar.
Inés y sus papas fueron a ver a Javier su médico, este al ver a Inés dijo con voz muy amable:
- A ver… A ver… Haremos unos análisis.
-Inés que deseaba recuperar sus ganas de jugar, dijo bajito:
-Bueno…
Al día siguiente  regresó a la consulta de Javier y este tomándola por los hombros le explicó:- Inés, vas a ir al hospital y allí te vamos ayudar a que te pongas bien, se despidieron pero Inés se quedó muy pensativa. Al llegar a casa ocurrió algo extraordinario: escucho que una alegre voz salía de debajo de la cama. Puso mucha atención  y reconoció la voz de su maleta mágica…
-“Inés, irás al hospital y yo iré contigo, nadie sabrá que estoy a tu lado, así podremos jugar cada noche. En el hospital hay médicos y enfermeras que te cuidaran mucho. Ahhh y también hay un cole.
-¿Un colegio en el hospital?- Preguntó sorprendida.
-Sí, un colegio para poder seguir con tus mates, realizar nuevos trabajos y encontrar muchos amigos y amigas.
Antes de marchar de casa, sin que nadie la viera escondió la maleta mágica debajo de su abrigo y se fue para el hospital.
Al llegar María la enfermera le explicó: -Inés esta es la planta de Hematología, aquí estudiaremos que ocurre en tu cuerpo y en tu sangre…
UYS… ¡Qué raro suena esa palabra! – Pensó Inés-. Hematoloqué?
María continuó:- Vamos a cuidarte para saber donde se ha escondido tu fuerza, pero…después estarás con otros niños y niñas del hospital y podrás hacer nuevos amigos y amigas. ¿Qué te parece?
-Sí-, dijo Inés bajito recordando lo bien que se lo pasa en la plaza de su pueblo.
-También podrás ir a la escuela
-Si, dijo Inés bajito recordando que las mates no le gustan.
Cuando marchó la enfermera, dijo:
-Mamá voy a ir al lavabo, Allí sacó la maleta de su escondite. La pobre maleta estaba casi ahogada
¡¡¡ AC, ac, ac… Por fin!!!
¡Sal… estamos en el hospital!
-¿Tieneeeessss algooooo que colocarme dentro? -Soltó casi sin aliento la maleta-
-Siiii, respondió Inés- Me han dicho que aquí recuperaré mis fuerzas…
Entonces la maleta se cerró, mientras se oía ¡BLABADABLUGJ¡ y al momento, la niña se sintió un poco más fuerte.
Cada mañana, María la enfermera, le ponía el termómetro y le explicaba que parte de su cuerpo estudiarían ese día, después pasaba Javier, su médico y le iba contando con palabras muy fáciles, los resultados de las pruebas.
Pero ocurrió que una mañana Javier entró en la habitación de Inés y sentándose  junto a ella le quiso aclarar:
-Inés, ya sabemos como hacer que tengas ganas de jugar pero para eso tendrás que estar un tiempo en el hospital y después podrás irte a tu casa pero deberás de volver de tanto en tanto. Quizás alguna vez cuando vengas, estarás unos días con nosotros. ¿De acuerdo?
A Inés no le gustó mucho la idea, pero recordó que hacía días que no colocaba cosas en su maleta y fue a toda prisa a buscarla. La abrió y puso las palabras que su médico le había dicho dentro y al cerrar la se oyó ¡BLABADABLUGJ¡ y al mirar en su interior, vio asombrada que había unas galletas y se las comió… al masticarlas pensó:
¡Qué ricas están las galletas¡   y sonrió, Junto a las galletas había una goma y un lápiz  e Inés entendió que era para ir al cole del hospital y se puso muy contenta.
Así fue como Inés cada día se tomaba su temperatura, le hacían análisis, aunque no le gustaba que le pincharan… o radiografías y también estudiaba mates, aunque seguía equivocándose en las sumas. Una mañana Javier con su bata blanca y con cara sonriente le hablo:
-Ya sabemos como darte mucha fuerza para que vuelvas a tener ganas de jugar, te vamos a dar unas medicinas muy especiales que ayudan al cuerpo a encontrar donde se esconde la fuerza. Podrás irte a casa, pero… algunos días has de regresar al hospital.
¡Qué contenta estaba Inés. Volvía a casa…
Inés se sentía un poquito más fuerte, el color empezaba a regresar a su cara y cuando iba al hospital… traía los deberes que Luisa su profesora, le preparaba para hacerlos en la escuela. Una tarde al llegar nuevamente al hospital, Javier la esperaba en la planta de Hematología y poniéndole las manos sobre los hombros comentó:
¿Recuerdas que andábamos buscando tus fuerza y te dábamos esas medicinas especiales, pues han ayudado a que te encuentres mucho más fuerte, tu sabes que a veces los médicos, decimos palabras muy raras, como quimioterapia, radioterapia… Pero cuando hablamos así, nos referimos a diferentes maneras de sacar la fuerza de su escondite.
¡UFFFF los médicos a veces dicen cada palabra…- Pensó Inés-
-Pues hoy vamos hacer una prueba a ver si han hecho efecto. ¿ miramos a ver que ocurre?
-Si, susurró Inés
Le trajo un vaso de leche con galletas y ñam ñam se lo tomó enseguida. En aquel momento, Sergio le preguntó a la niña si quería que le explicara que hacía cuando era bebé… La niña ruborizándose contestó:
-UYS… sí , pero aquí… me da vergüenza. -La cara de Inés se iba alegrando y en voz alta dijo-:
- Desearía ir a ver los dibujos a casa de la abuela…
El médico se echó a reír diciendo: -Esta es la última prueba.  Casi, casi ya has encontrado tus fuerzas.
Inés tenía muchas ganas de llegar a casa… fue a su habitación y sacó su maleta verde con rayas amarillas de debajo de la cama, puso en ella rápidamente todo lo que el médico le había dicho y se oyó. ¡BLABADABLUGJ¡…
 Y echándose a reír… dijo la maleta… ¡¡¡¡¡¡ehhh cuidado no me cierres con tanta fuerza!!!!!!
Entonces Inés miró por la ventana y me vio a mí “la Luna” sonriéndole y haciéndole un guiño le envié un beso
sueños jardin Duelo: El jardin de los sueños  T. Castillo

Hola, soy la Luna y en mis viajes por las estrellas me quedé a vivir cerca de un planeta llamado Tierra, sostenida en el cielo, me mantengo lo suficiente próxima   y lo suficientemente lejos, como para poder observar el ir y venir de sus habitantes,  y así, de esta manera,  alumbrar   en la noche caminos, aceras  y anhelos.
  La noche pasada me quedé en un jardín cerca de una casa y desde sus ventanas observaba flores que se levantaban muy pronto para hacer más bonito este mundo. …Callad,  callad, se oye esta historia…
En un bonito jardín de colores diversos, una flor de miles de pétalos blancos, era el alma del lugar. Su corazón, de amarillo intenso, daba alegría a cuantos  se le acercaban.
Cada amanecer mi amiga flor se  bañaba entre  gotas de rocío y  así, retenía el agua por si alguien pudiera necesitarla.
Siempre contenta, jugaba sin parar con las flores más pequeñas y  con aquellas que el paso del tiempo las había hecho madurar.  Su risa contagiosa siempre estaba dispuesta a animar cuantos, después de vientos o tormentas, miraban con preocupación cómo  sus  hojas  más débiles, quedaban heridas por huracanes cotidianos.
Margarita, que así la llamaban, se levantaba dispuesta a ayudar a las florecillas, hierbas… arbustos y pequeñas ramas que crecían en el jardín abandonado de una pequeña casa, medio destruida, a las afueras del pueblo.
- ¡Buenos días Lirio!
- Hola Margarita… ¡Qué guapa estás hoy! - dijo  Lirio-.
- ¿Pero es que no ves el día tan bonito que hace…? Mira las nubes, están serenas y si me apuras…  allí… a lo lejos… hay otra escondida que nos traerá un poquito de agua  y eso es muy bueno Lirio, porque hay algunas de nosotras que necesitamos bañar nuestras raíces.
- Tienes razón, yo estoy sedienta, necesito beber porque hace unos días algunas de mis hojas se cayeron.
En ese momento, Margarita acercándose a su amiga le ofreció pequeñas gotas de rocío que conservaba entre sus pétalos y Lirio bebió.
-¿Deseas que te traiga un vasito de agua del riachuelo…?
Con una sonrisa  Lirio  dio las gracias a su amiga y   pudo ver como su color blanco se volvía intenso recobrando las fuerzas.
-No gracias ya estoy mucho mejor  -respondió-
Estaba acostumbrada a ser cuidada por su amiga que en cuanto veía que alguien necesitaba agua le ofrecía la más fresca.
-Hola Margarita - le saludó la Rosa - ¿De dónde vienes tan rápida?
-De darle un poquito de agua a  Lirio. ¿Tú quieres agua…? Aún falta unas horas para que la señora lluvia nos refresque.
-Gracias, pero estoy bien, además estoy muy contenta.
-¿Por qué estás contenta…?
-Porque me ha salido una nueva espina y cuando llegue el gato que siempre me araña, la verá, se asustará y se  marchará sin hacerme daño.
-Me alegro mucho Rosa, esta es una buena noticia.
-Bueno, voy a dar una vuelta por el jardín, - le dijo a la Rosa-  hoy el riachuelo lleva agua y deseo preguntar a todas las flores si alguna necesita un poquito.
-¿Por qué nos cuidas tanto…?
-Porque nadie sabe que estamos y no nos riegan, ¿sabes?..  me gustaría ser una niña para tener una regadera y bañaros a diario.
-Gracias, añadió la Rosa, habituada  a que su amiga la hiciera sonreír en tardes de tristeza, cuando se le caía algún pétalo, u observaba como alguna otra rosa, por falta de agua o porque se hacía mayor,  se dormía entre los matojos.
Pero ocurrió que la casa fue vendida y con ella el jardín. Una mañana al levantarse Margarita, unos hombres con monos azules estaban sacando ladrillos de las paredes, Margarita se puso  muy nerviosa, y fue a avisar a todas las plantas del jardín lo que había visto y oído, así pues dijo: Venid todos y todas. ¡Venid…!
Al momento todos se sentaron junto a ella, no entendían el desespero y la urgencia de la reunión.
Amigos y amigas,  esos hombres vestidos de azul, comentaban que van a tirar la casa y a limpiar este jardín porque en este sitio tan bonito irá la nueva escuela para los niños del pueblo.
-¿Y qué haremos ahora…? Dijo un pequeño arbusto casi llorando
-No os preocupéis…Todas las plantas, flores… arbustos… nos marcharemos por un tiempo al jardín de don Claudio, nos quedaremos sin hacer ruido, escondidos, hasta que construyan el jardín de la escuela.
-¿Crees margarita que dejarán un espacio para el jardín?
-¡Claro! a las flores y a las plantas  los niños nos cuidaran…
¡Coc… Coc! se ahogaba  doña Azucena… ¡Hay hija que disgusto!
Margarita tomó su vaso y fue al riachuelo y dio de beber a la anciana flor.
A la mañana siguiente fueron marchándose  al jardín vecino, pero Margarita, siempre ayudando a cuantos recogían sus raíces, sus hojas, sus tallos, se quedó la última. Los árboles estaban en silencio  mirando como Margarita acababa de colocarse los pétalos. Cuando…  un hombre de vestido azul, la vio tan bonita, tan brillante que decidió cortarla y ponerla en el mismo vaso, que nuestra amiga siempre tenía junto a ella, para dar agua a sus amigos. La flor quiso correr, pero no pudo,  las manos del hombre la sostenían con mucho cariño.  Pero, Margarita se sentía débil, un poquito más débil cada día.  El hombre la ponía en la ventana, en el comedor, e incluso, en la terraza, pero el paso de los días le hacía sentir como sus fuerzas mermaban, ella a pesar de todo, se sostenía erguida, pero las fuerzas se le escapaban entre sus hojas.
Una tarde vino a visitar al hombre de azul, Alfredo, un amigo suyo y al ver a la Margarita añadió:
-¿Sabes?, esta margarita no debiste cortarla para ponerla en agua
-Lo sé,   no debí hacerlo -dijo el amigo-
-¿Puedo llevármela a mi casa? Yo se hablar con las flores, y dicen de mí que soy mago y hago realidades sueños, por favor amigo, ¿puedo llevarme  tu Margarita en mi chistera….?
-Sí, ¡cuídala!
Alfredo, el mago se llevó la Margarita  y la colocó en su chistera.  Para que descansara
-¿Por qué  te encuentras tan triste Margarita? – Le preguntó
-Porque me cortaron de mi jardín y cuando hagan otro  en ese lugar, yo no estaré. ¿Tú eres mago?
-Si, pero la magia querida amiga  está en nuestro corazón, tú también amiga, puedes hacer magia, siempre que has hecho a alguien feliz… has hecho la magia de  sacar de tu chistera alegría, amistad. ¿Cuál es tu sueño Margarita?
-Ser niña, jugar en el jardín del nuevo colegio y dar agua para que las pequeñas florecillas crezcan lindas y sanas.
Alfredo, tomo con cariño a su amiga y la acercó a la ventana, cada noche miraba su chistera y con ternura, le hablaba y cada mañana le dejaba un beso.  Y Margarita se sentía querida.   Pero un día al acercarse para besarla, no estaba, había desaparecido.
Pasaron los meses  y el colegio fue construido y como bien dijo Margarita, un espacio junto a la  verja era para hacer el jardín.   Todas las flores salieron contentas de su escondite y se iban colocando en sitios de luz cerca del riachuelo que con una baranda de colores lo protegían de juegos de niños. Las flores recordaban a Margarita… al ir buscando con sus ramas aguas cercanas.
El mago fue a la escuela con su amigo y al ver el jardín se acordó de su flor y añadió:
-¿Qué os parece si hacemos un espectáculo de magia para inaugurar este nuevo colegio y así de esta manera, los niños entrarían por las puertas felices y contentos?
-¡Muy bien! esa es una magnífica idea.
Llegó el día de la inauguración y en  ese instante  Alfredo, el mago, estaba sobre el escenario. La luz hacía de él un ser  un ser especial, de gesto amable y cálida sonrisa. Los niños con ojos despiertos observaban sus movimientos a la espera de comprobar  como de su  chistera…. Aparecían diversos objetos…  era bonito ver una chistera de vida y como esta se transmitía en cada mirada y era devuelta en forma de asombro. Haciendo sonreír a cuartos no perdían  de vista: los metros y metros de pañuelos unidos que juzgaban a no tener final.
Pablo, miraba con asombro y dijo a Teresa:
  - ¡Qué chulí! Este es el jardín del cole más bonito del mundo.
- ¿Qué pasada…! ¿Cómo pueden hacer estas cosas tan bonitas…? Añadía Teresa.
El escenario se iluminaba con cada una de las ilusiones que con manos limpias y tomando como cómplices a los más atentos, hacían de esa tarde de recreo un día para el recuerdo.
Ohhhh!!!!!!!!!!!!!  Exclamó Fernando, uno de los pequeños al ver como de una  chistera vacía renacía la vida. Aplaudían… entusiasmados las palmas resonaban por todos los rincones… aplausos… miradas de complicidad, ilusiones compartidas.
- El sombrero estaba vacío, yo lo vi – Añadía Fernando a sus amigos y amigas_
-Aun no sabes que es mago y puede  sacar flores del sombrero, y muchas cosas   más… _ Alzó la voz Paula_
-Calla… Calla… mira  ¡Qué bonito…! ¿Pero como lo hace…? Repetía Alfonso.
-Porque es mago- dijo la niña del pelo rubio- el es mago y puede hacerlo.
-¿Qué es ser mago preguntó el joven espectador?
En ese instante Luis, un joven mago, al oír a los niños se les acercó diciendo: Hace muchos años…  se llamaban  magos a los hombres sabios, pero hoy los magos somos personas capaces de regalar ilusión, sonrisas y alegría mediante efectos que por ser maravillosos tienen apariencia de inexplicable, pero todo, consiste en fantasías para iluminar nuestro mundo de sensaciones agradables.  Es querido niño como jugar hacer realidades los sueños. A terminar de hablar el escenario se llenó de magia, colores, luces, chisteras….
… Cartas que aparecían en sitios diferentes, monedas que se hacían juguetonas saliendo de las ropas de los niños….
….    Vasos con agua que no deseaba desramarse….  Los magos seguían y seguía… dando luz a la tarde de septiembre….
Asombrados los niños veían varitas que hacían todo lo impensable dirigidas con manos sabias.
… Cuerdas que se unían una vez cortadas… e incluso… aparecían  y desaparecer  delante de todos los objetos más impensables o divertidos.
Era un bello espectáculo de luz y color. Con cada aplauso, los niños abrían los ojos a la espera de adivinar como había ocurrido lo que terminaban de ver. Los minutos transcurrían lentos, creándose en cada pupila ilusionada. Era tan bonito que Alfredo al mirar el jardín, y los niños aplaudiendo, paró,  dejó su chistera sobre el escenario   y les habló:
Hoy os voy a contar la historia de una  amiga, que vivió en este jardín antes que vosotros, era una flor…. alegre… contenta…. preciosa….  Tomó nuevamente su varita que creó la más bella de las flores, suspirando recordó a su amiga margarita, aquella que cuidaba, y un día al ir a verla como cada mañana a su chistera desapareció. Se sentó en el escenario abatido bajo la mirada de los niños… Pero en ese instante ocurrió algo imprevisto: Una niña de ojos verdes, piel blanca y cabellos rubios se le acercó diciendo:
- Hola. ¿Te traigo un vaso de agua del riachuelo?
Al mirarla  la ilusión  y la alegría iluminaron al mago. El mago levantó los ojos  y la niña depositando un beso en su mejilla le dijo: Te quiero.
En ese instante… todo el jardín se llenó de flores y vida

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