Viernes, 5 de abril
Los niños y niñas del hospital han estado participando en la creación de un juego de mesa que es la oca emocional.
Pero, por qué trabajar las emociones en un juego?
Las emociones son importantes y es necesario que las trabajemos en el aula hospitalaria. Para conseguir que un niño crezca, en toda la dimensión de la palabra, es necesario que tome conciencia de las mismas emociones y las de los demás. Si la educación debe ser un proceso de aprendizaje para la vida, estas son muy importantes y es necesario que las tengamos en cuenta.
La educación emocional afecta al desarrollo de los niños, ya que favorece el autoconocimiento, predispone a actitudes positivas, mejora las relaciones, incentiva la motivación y favorece su crecimiento de forma integral.
Además, ¿qué mejor que trabajar las emociones jugando? La curiosidad es el estímulo necesario que mueve al niño a jugar. Jugando, imitan la realidad que viven, ensayan situaciones futuras, a la vez que expresan sus sentimientos y emociones. Por tanto, el juego es una actividad necesaria para que el niño crezca y se desarrolle de manera saludable. No es un goce opcional, sino un requisito indispensable como otras actividades vitales como comer, dormir…
Con el juego de la oca emocional, comienzan a relacionarse con otras personas y practican habilidades sociales que, más tarde, utilizarán en su vida adulta, pero sobre todo disfrutan del rato depositando una parte de sus vidas emocionales en el juego.
Durante el proceso de creación han participado algunos niños y niñas pintando las casillas de la oca con los colores que representa cada emoción: la alegría, el amarillo, la tristeza, el azul, el amor, el color rosa, el enfado, el rojo y el miedo el color lila.
También han participado para la creación de los dados del juego que sirven a posteriori para poder jugar...
Las reglas del juego...
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