Las cometas vuelan alto por los niños con cáncer, un vuelo imparable de la tierra al cielo. El libro solidario de la escritora Toñy Castillo (Aula hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí de Hospital Aurnau de Vilanova de Lleida y el artista polifacético Felipe Ramiréz, Aula Hospitalaria de Puerto Montt Chile) donaron su libro a AFANOC, Asociación de Familiares y amigos de los niños Oncológicos de Cataluña donde se puede adquirir este cuento solidario.
Hoy las cometas volaron por tierras chilelas… donde los alumnos del aula hospitalaria del hospital de Puerto Montt las alzaron al viento en símbolo de solidaridad con compañeros y amigos, un vuelo que nos gustaria que no cesara y que se unieran más y más paises de este mundo donde las enfermedades no tienen fronteras al igual que las sonrisas de niños.
El protagonista de nuestra historia tenía 8 años y su bonita sonrisa saludaba a los vecinos de un pueblo cerca de una tranquila ciudad bañada por el rio Segre, Lleida.
Joel que así se llama nuestro amigo, cada mañana se levantaba muy temprano para llegar puntual a la escuela, era un niño muy obediente y al oír la llamada de su madre saltaba de la cama rápido para lavarse, vestirse y tomarse un buen desayuno antes de salir de casa, pero ese día era diferente…
En el colegio tenía muchos amigos. Le gustaba jugar y compartir momentos divertidos con ellos en el patio a la hora del recreo, por eso, todos los niños y niñas deseaban sentarse a su lado en las clases y la profesora le ponía buenas notas porque siempre estaba atento en sus explicaciones.
Pero ese lunes algo cambiaría en su vida… Hacía unos días que no terminaba de encontrase bien, se sentía cansado, tenía tos y unas manchitas de color azul empezaban a aparecer en su cuerpo. Maribel su madre, le puso el termómetro ya que Joel dijo sentir frio y comprobó que tenía fiebre y le dolían las piernas. Al ver Maribel que su hijo no tenía ganas de tomarse el desayuno le dijo:
-Joel vamos a ir al médico, es mejor que te examine para ver que te ocurre.
– Mama es que hoy… la profesora Paula nos ha dicho que haríamos, en la clase de plástica, una cometa para hacerla volar en el cielo. ¡Y yo quiero tener mi cometa!
– Joel… yo hablare con la profesora para que otro día puedas hacerla ¡no te preocupes! pero hoy hemos de ir al pediatra. Ahora voy a llamar al colegio para decirles que estás enfermo y cuando te cures irás.
El niño escuchó a su madre e intentó tomarse la leche y una rebanada de pan tostado con jamón, pero se sentía tan flojo como en los últimos días y apenas tomo un pequeño bocado.
Y decidieron ir a la consulta de Inma, su médico, que le atendía desde pequeño, y al llegar allí, la pediatra observó cuidadosamente las manchitas azuladas, habló con Joel que le explicó cómo se encontraba y él le comentó las pocas fuerzas que tenía y le extrañaba, porque él siempre tenía ganas de hacer bromas, de ayudar en casa, de jugar y hacer deberes, pero era como si siempre estuviera cansado. Al oír a Joel Inma le mandó unos análisis. A la espera de verlos al día siguiente.
El dia pasó despacio y los padres del niño se preguntaban que le podría estar pasando a su hijo, las horas se hacían largas a la espera de regresar nuevamente a la consulta del médico.
Era las nueve de la mañana cuando tenían la visita y entraron en un bonito despacho decorado con motivos infantiles, allí Inma les dijo con voz cálida:
-Mira Joel has de ir al hospital porque quiero que te hagan más pruebas, lo mejor es que ahora vayas a casa prepares una maletita con todo lo que desees llevarte y vayas al hospital
Maribel se quedó muy preocupada pero Inma tomándola por los hombros le trasmitió ternura y confianza.
-¿Y podría ir al colegio?- añadió el niño- hoy iban a traer cartón, papeles de colores… lazos… para hacer una cometa y yo quiero hacer la mía.
-Bueno Joel- añadió Inma- solo pasar a recoger los materiales y después has de ir al hospital
Maribel y Joel caminaban de la mano hacia el colegio y al llegar, Fernando, el director, saludó a nuestro amigo y después de escuchar al niño le comentó que en el hospital había un colegio y que en esa aula hospitalaria podría hacer sus trabajos, y deseándole que se recuperara pronto los acompañó hacia su clase, no sin antes, despedirse con un fuerte abrazo y una amable señal de ánimos.
Al entrar en su aula María su compañera se puso contenta al verle y le pregunto:
-¿Ya estás bien nos ha dicho Paula la profesora que ibas al médico?
-El médico me ha dicho que he de ir al hospital porque me han de hacer pruebas y he venido a por mis libros porque allí tendré un colegio y haré los mismos trabajos que hacéis aquí me lo ha explicado el director.
Y mirando a Paula, su profesora, que estaba hablando con su madre añadió:
-¡Podría llevarme los materiales para hacer mi cometa!
En ese instante la profesora le dijo con voz cariñosa:
-¡Por supuesto puedes llevarte tu cometa! y estate tranquilo porque nosotros vamos a estar junto a ti, te vamos a mandar correos y si has de estar haciéndote pruebas en el hospital haremos que sientas que tus compañeros de clase siempre están junto a ti.
Joel recogió sus libros, sus carpetas, las fichas que tenía para hacer esa semana y una pequeña caja que tenía todo lo necesario para hacer su cometa.
Regresaron a casa y mientras su madre le hacía la maleta con la ropa, él se preocupaba de poner en una mochila un juguete, unos libros, un par de fotos en las que estaba junto a su hermana Teresa a la que quería muchísimo y cuidaba ya que era dos años menor que él, y esos días se iba a quedar en casa de los abuelos.
Maribel al ver que el niño tenía ya preparada la bolsa llamó a su padre para avisarle que ya estaban listos para ir al hospital y que podía venir a recogerlos para acompañarlos.
Llegaron a un edificio de ladrillos rojizos y se dirigieron a la zona pediátrica y allí Juan un médico joven, salió a saludarlo.
-Hola Joel ¡ven conmigo! que vamos a mirar cómo te encuentras…
El niño le acompañó a la sala de exploraciones pero el tiempo pasaba despacio, estuvo unas horas entre analíticas y pruebas médicas mientras sus padres esperaban atentos los resultados.
Al finalizar el estudio le informaron que Joel debía de permanecer en el hospital ya qué las pruebas confirmaban que tenía leucemia y que debía de realizar su tratamiento para poder curarse.
Joel se puso triste pero su médico le dijo que aunque el tratamiento sería largo harían todo lo posible para que se pusiera bien, pero el niño solo pensaba que deseaba estar en su colegio con sus amigos…. que quería estudiar…. jugar… y construir una cometa que pudiera hacer volar alto y que desde el cielo se pudiera ver por todo el mundo.
Así fue como ese día Joel iniciaría su andadura entre pijamas por un mundo que se le hacía difícil pero el niño con sus ocho años era un niño fuerte arropado por el cariño de sus padres y por la sabiduría de médicos y enfermeras que le cuidaban. Su vida en el hospital iba a ser diferente, pero
todas las personas que trabajan allí intentaban que los niños ingresados se pusieran buenos para pudieran seguir con sus vidas y sus sueños, pero para ello, los niños los niños necesitan tratamientos médicos y cariño. Necesitan sentirse queridos y acompañados por hermanos, padres… amigos….
A la mañana siguiente Joel escribió esta carta:
Queridos amigos y amigas del colegio y querida Paula.
Los médicos me han dicho que de estar unos meses en el hospital porque el tratamiento que me han de hacer es largo.
Mi padre y mi madre se lo han organizado para estar conmigo, y con mi hermana… pero yo os echo de menos y me gustaría estar con vosotros en el colegio, aquí en el hospital también hay una profesora y me ha dicho que me podéis escribir y mandarme los trabajos que hacéis.
La semana que viene voy a empezar hacer mi cometa y me gustaría que fuera la cometa más bonita del universo para que cuando vuele… cualquier niño que la vea sepa que deseo que tenga salud. Quiero que sea la cometa más grande que haya volado jamás. Quiero que sepáis que me acuerdo de las risas en el patio y de los deberes que Paula nos mandaba… Quiero que sepáis que me gustaría jugar con vosotros y compartir la clase de deporte y algún que otro enfado en el colegio.
Escribirme os prometo contestar.
Joel.
La profesora del aula hospitalaria envió la carta por correo electrónico al colegio y en ese instante el director la sacó por impresora y la llevó a la clase de Joel.
Paula les dijo a los compañeros: tenemos una carta que deseo que escuchéis, en ese instante todos los niños y niñas atendían muy atentos a las palabras de Joel.
Pilar -una de sus amigas- preguntó a la profesora.
-¿Qué es lo que le ocurre a Joel?
Paula se quedó pensando un instante y dijo:
-Hay algunos niños que enferman y necesitan muchos cuidados, una de estas enfermedades es la leucemia que es un tipo de cáncer que afectan a muchos niños del mundo, pero entonces los médicos les dan medicinas especiales llamadas quimioterapia, radioterapia e incluso, algunos niños necesitan de las buenas personas que den un poquito de su médula, o un poquito de sangre para que ellos puedan vivir… jugar y ser felices.
-Joel se va poner bien porque todos nosotros vamos a unir nuestras fuerzas para que así sea.
-¿Y qué podríamos hacer añadió Lupe? yo quiero mandarle muchos besos para que se recupere.
-Tomás añadió: lo primero es saber qué es lo que le pasa Joel para ello podríamos buscar información de su enfermedad y así cuando hablemos con él sabremos que preguntarle.
-¡Eso está muy bien añadido Paula! mañana vamos a buscar que es la leucemia.
-Yo tengo una idea contestó Pedro a Joel le hacía mucha ilusión construir una cometa ¿Por qué no le ayudamos?
-¡Muy buena idea respondió Miguel!
Al día siguiente Paula expuso que era la leucemia con palabras muy sencillas ya que de esta manera al conocer la situación de Joel podían entenderlo comprenderlo y estar más cerca de él, al terminar la clase le mandaron esta carta a su compañero:
Querido Joel hoy hemos estado estudiando cuál es la enfermedad que tienes y cómo curarte y nos han dicho que en el hospital los médicos saben mucho de ese tema y dentro de un tiempo te vas a poner bien.
También hemos decidido ayudarte a construir tu cometa para que sea grande, muy grande y en ella te enviaremos nuestro cariño.
Y así fue como Joel cada mañana desayunaba y al llegar su médico le explicaba cómo se iba encontrando pero también le decía que aunque hubiera días que se encontraba mal por el tratamiento y el pelo se le estuviera cayendo él estaba un poquito mejor y cuando el pelo le volviera salir le saldría fuerte y bonito.
Joel se miraba al espejo observando cómo su pelo caía día día pero al llegar Cristina su enfermera, le animaba con su sonrisa a tomarse la medicación.
Pero ese viernes tuvo su primera sorpresa llegó un sobre y en él decía:
“Te queremos” dentro del sobre apareció un lazo azul y en él se podía leer.
“Estés donde estés estamos a tu lado”
Joel al ver el regalo de sus compañeros se puso muy contento, apenas había desenvuelto los materiales para hacer a la cometa y esa misma mañana al llegar la profesora de Laura del aula hospitalaria le dijo:
-Tengo un trabajo para hacer aparte de los deberes he de empezar a construir la cometa de los buenos deseos.
La profesora le sonrió porque era el primer síntoma de curación de Joel llevaba ya unos meses en el hospital y deseó darle las gracias a sus compañeros con esta nueva carta:
Queridos compañeros he recibido vuestro regalo y os agradezco el lazo no he tenido muchas ganas hasta hoy de trabajar pero cuando he visto el lazo azul he pensado que realmente es cierto que estáis conmigo. Durante este tiempo me dejaron ir unos días a casa pero no me encontré bien, os cuento:
Cuando me diagnosticaron la recaída me paso por la cabeza muchas cosas. Una de las cosas que más me asustaba era los pinchazos que iba a recibir, aunque yo entiendo que me tenga que pinchar para poder curarme. Ahora estoy en Vall d’Hebron en Barcelona, en el hospital tengo cinco profesoras y con ellas hago los deberes del colegio, en Lleida tenía otra profesora cuando estaba en el hospital Arnau de Vilanova, Toñy, que me divertía mucho con ella y pasaba buenos ratos. Menos mal que ahora en el hospital de Barcelona vienen a verme los payasos, los magos, el profesor maravillas, una cantante, el cuentacuentos, la señora que me enseña papiroflexia y seguro que me dejo a más gente importante.
¡Claro que importantes! porque en los hospitales se necesitan personas como estas que te animan y te hacen pasar los días más alegres. Si no lo sabéis en los hospitales existen personas llamados voluntarios que hacen una labor importantísima pasan por las habitaciones y nos preguntan qué es lo que necesitamos, un día me tenían que hacer una prueba que no me gustaba y una voluntaria se estuvo con mi mama, con mi papa y conmigo. Siempre me acuerdo de ella cuando la veo por el hospital pienso en lo bien que se portó. A veces solo necesitas que te escuchen porque claro estoy un poco harto de que me digan que soy mayor para tragar las pastillas, de que me digan que los pinchazos no duelen y que tengo que comer y así me subirán las defensas (¿y no podrían poner un ascensor para que subieran más rápido?) ¡Madre mía cuanta paciencia!
Ahora estoy en el hospital para recibir un tratamiento de quimioterapia y así cuando encuentren el donante de médula podré recibir un trasplante.
Se me ha caído el pelo pero me han dicho que me volverá a salir os voy a mandar una foto porque quiero que me tengáis presente en clase.
La verdad me gustaría estar en mi casa como los otros niños pero sé que he de estar aquí para poder encontrarme bien muy pronto e ir al colegio. Estos días han venido a verme muchos amigos y me lo he pasado muy bien jugando con ellos y haciéndonos ¡fotos que risa! todos se pusieron pañuelos y gorras en la cabeza hasta mi hermana y su amiga.
Me despido un beso y un abrazo Joel.
A llegar la carta a la clase de Joel todos sus amigos y amigas decidieron hacerse una foto todos con una gorra de bonitos colores y le pidieron a Paula que comprara una gorra para enviársela al hospital, pero Paula pensó que quizás era mejor llevársela para poder darle un abrazo de parte de todos.
Joel se puso muy contento al ver a Paula que le llevaba las fotos de sus compañeros con las gorras puestas para que no se preocupara por no tener pelo.
Joel supo que ciertamente estaban con él a ponerse la gorra que le habían regalado sintió una gran fuerza, esa que solo el cariño es capaz de dar. Al día siguiente se presentó en el colegio del hospital con la caja para hacer empezar a construir la cometa.
Cada semana llegaba un lazo con unos buenos deseos con un mensaje de cariño y fuerza para él y todos los niños y niñas que sufren enfermedades.
La cara de Joel se iluminaba al recibir regalos en forma de deseos. Había días que lo pasaba muy mal con los tratamientos pero él tenía una ilusión construir la cometa y curarse.
La madre de Joel se emocionaba cada vez que llegaba nuevo paquete porque sabía que eran inyecciones de alegría para su hijo hemos de pensar que cuando un niño está enfermo todas las personas los hemos de apoya, animar y hacer que se sientan bien.
En los hospitales nace la vida, cuidan de ella y también acompañan a las personas cuando su enfermedad les hace viajar a otros mundos donde solo las cometas llegan.
Joel junto al equipo médico y el cariño de sus padres estudiaban y cada tarde se sentaba sobre la cama para pintar poco a poco su cometa se hacía grande al ir añadiendo los lazos de sus amigos que llegaba cada semana.
La cometa con una cola gigante se construida con todos los colores del arco Iris que realizaban los compañeros de su colegio.
Habían pasado meses de tratamiento y Joel se sentía mejor mucho mejor mientras construía lazos de ilusiones se iba curando. Una mañana llegó el médico y le dijo:
-¿Sabes? te vamos a dejar salir y solo vendrás unos días al hospital pero no puedes estar muy lejos. Aquí cerca hay una casa muy grande, es una casa donde hay niños que se están curando, una casa donde las personas ayudan a los niños y están con sus padres y vienen y van del hospital.
Ahora ya vas a poder ir allí para que no tengas que estar todos los días en el hospital.
Joel y sus padres se trasladaron esa casa mágica donde los niños crecen en salud y en ilusiones.
Poco a poco Joel se iba curando y encontrando mejor hasta que llegó el día que el médico le dijo que podía volver a su pueblo, pero que tendría que venir de tanto en tanto al hospital para hacerse pruebas estaba muy feliz muy contento a pesar de que cada semana había recibido un lazo con buenos deseos.
Se sentía preocupado porque y si…. al llegar al pueblo y al colegio se habían olvidado de él…
Maribel al conocer de la preocupación de su hijo cogió una caja grande en ella metió la cometa que había sido construida con los buenos deseos de sus compañeros y la envío al colegio con una nota que decía:
Ha pasado mucho tiempo desde que Joel ingresó en el hospital, ha pasado momentos buenos y momentos malos, pero en todos ellos, mi hijo ha podido sentir el cariño de todos vosotros, y quiero daros las gracias y os envío la cometa que habéis construido entre todos. Dentro de dos días regresamos al pueblo.
Al llegar al pueblo la familia se dirigió hacia su casa, era una tarde del mes de junio aparentemente serena… el cielo estaba azul y Joel después de dejar sus maletas, sus libros…. fue la plaza donde jugaba cada día y allí estaban todos sus amigos y amigas al verlos se puso muy contento.
Pero entonces ocurrió algo mágico.
María sacó una cometa enorme preciosa con lazos de bellos colores y dándosela por la cola se la entregó a Joel diciendo:
Eleva esta cometa para que todos los niños los de la tierra y los del cielo sepan que los queremos.
Joel era feliz volvía estar con sus compañeros jugando en la plaza sabiendo que se tenía que cuidar durante un tiempo pero la alegría permanecía en sus ojos al saber que era querido, en ese instante...
La cometa se le escapó de las manos y se alzo alta…
…Y dicen que en cualquier lugar del mundo, en las tardes de verano, se puede ver volando una cometa de lindos colores….
…. Y dicen que la balancean manos de niños que desde el cielo corretean jugando con las nubes
… Y dicen que junto a la luna y las estrellas cuidan a los niños de la tierra para que nunca se pongan enfermos.
… Dicen y es cierto porque yo lo veo que una cometa formada por muchos buenos deseos… cada noche deja uno de sus lazos junto a la puerta del niño o niña que ilusionado la espera.
Dra Toñy Castillo.
Gracias A los Alumnos y Alumnas del Aula Hospitalaria de Puerto Montt Chille por este maravilloso compromiso con todos los niños y niñas del Mundo.
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