martes, 8 de junio de 2021

Aula Hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida. Aniversario

 

Aula Hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida



Un aula Hospitalaria que desde sus inicios contó con la profesora Toñy Castillo y un proyecto que ha ido creciendo y tomando forma en un universo pedagógico que sale de las fronteras de un hospital para unir esfuerzos en beneficio de los niños y niñas hospitalizados.

 Situaremos los objetivos básicos que rigen esta aula a nivel Pedagógico:

Continuar, siempre que las condiciones de salud lo permitan, el currículo establecido con carácter general en el nivel correspondiente a cada niño hospitalizado, realizando en cada caso las oportunas modificaciones.

Fomentar la conciencia de responsabilidad mediante el desarrollo de una programación individual adaptada, teniendo como referente la del curso del alumno convaleciente, que será proporcionada por su tutor.

Paliar el retraso escolar en las áreas curriculares ocasionado por la ausencia del centro durante el tiempo de hospitalización a través de la continuidad de las actividades escolares.

Crear una situación de continuidad en su proceso educativo mediante la coordinación entre los diferentes profesionales que entran en contacto con el niño.

   Elaborar programas flexibles e individualizados, tomando como punto de partida los intereses del niño. Establecer las medidas necesarias para que cada niño pierda lo menos posible el contacto con sus compañeros, tutor, centro, amigos.

Estimular y potenciar, intentando mantener viva la inquietud por aprender, y ejercitar el hábito del trabajo.

  Favorecer la ocupación constructiva del tiempo libre mediante actividades estructuradas que contribuyan al desarrollo integral del niño.

Promover el proceso de comunicación entre el centro de origen y el entorno del niño mediante el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

 Facilitar la integración del niño en su nivel de escolarización en el momento en el que se produzca el final de su hospitalización, afianzando su seguridad y su autocontrol a través del proceso educativo desarrollado en el hospital.

Psicológicos:

 

  Contribuir a disminuir las vivencias negativas de ansiedad y angustia que el niño experimenta en su proceso de hospitalización.

 Dar información adecuada y contrastada. Respondiendo a las inquietudes e interés del niño, se han de aclarar, con un lenguaje sencillo, todas aquellas dudas que se puedan plantear acerca de su patología.

Conseguir mediante las áreas curriculares que el niño sea capaz de valorar y situar correctamente las dimensiones reales de su enfermedad, evitando que se produzcan procesos de angustia y aislamiento.

un carácter positivo y un contenido formativo al tiempo libre y de ocio en el hospital, programándose junto a otras personas que se incorporen a esta acción, actividades de ocio de carácter educativo.

Diseñar y desarrollar actividades de carácter formal e informar que colaboren en ofrecer una atención educativa al niño hospitalizado, en procura de mejorar su estado en el aspecto psico-afectivo.

Organizar actividades terapéuticas y específicas en casos concretos. 

Sociales:

Fomentar un ambiente de humanización en el hospital, basado en relaciones de confianza y seguridad.

 Crear y dar origen a distintas situaciones de relación, tanto en el aula como en la planta, que favorezcan las relaciones interpersonales entre distintos niños ingresados en el centro hospitalario.

Estimular la participación de otras entidades o grupos organizados en la atención de los niños hospitalizados.

Los principios metodológicos

 Globalizadores: Las actividades programadas han de partir de un criterio globalizador, en el que los contenidos se han de estructurar en torno a unos ejes concretos que partan del propio entorno hospitalario en el que el niño se mueve.

   Personalizados:   Apostar por procesos de individualización de la enseñanza que garanticen la atención a sus necesidades e intereses o la equidad en la distribución de esfuerzos, recursos y oportunidades, y la solidaridad con quienes, por una patología crónica, tienen dificultad para acceder a los beneficios que la educación les proporciona.

Participativos: El proceso educativo en el que se ve inmerso el niño en el hospital ha de contar con la colaboración de:

  La familia, que va a ser el vínculo que nos conecte con el centro docente de origen del niño, así como de información sobre su estado físico o psíquico, a la hora de realizar cualquier tipo de actividad

 El personal sanitario, que proporcionará la información necesaria acerca de su oportuna asistencia al aula y de las limitaciones debidas a su estado de salud o, en último caso, sobre la posibilidad de realizar actividades en su habitación.

 Los profesores de su centro de origen, especialmente el tutor/a, que nos deben orientar hacia dónde ha de dirigirse nuestra actuación pedagógica durante su estancia en el centro hospitalario.

  Significativos: Los docentes se convierten en educadores y no en enseñantes, donde más que enseñar facilite y provoquen aprendizajes significativos, proporcionándoles una educación funcional, útil, eficaz y satisfactoria para él, acorde con su propia realidad clínica.

Motivadores: Todas las actividades organizadas han de partir de propuestas interesantes, que le ayuden a construir sus propios conocimientos, desarrollando así su espíritu creativo y constructivo.

    Socializadores: Favorecer una metodología basada en la “actividad participativa”, donde jugar, experimentar y aprender sean la meta de la escuela; fomentar las actividades en grupo con el fin de lograr una mayor comunicación y amistad entre los niños hospitalizados.

 Flexibles: Procurando ajustar las actividades a la diversidad de niños/as patologías, edades y ritmos de aprendizaje, procurando:

La operatividad. Las actividades que se realicen han de ser funcionales, los aprendizajes han de ser útiles para la vida.

La normalización. El niño ha de sentirse en el aula como en su centro, necesita saber que pese a que ahora esté hospitalizado, las cosas no han cambiado tanto; necesita sentir a sus compañeros cerca.

La enseñanza individualizada y personalizada. Siempre hay que tener en cuenta las características individuales del alumno. Las actividades tienen que estar adecuadas a su nivel escolar, a sus intereses, a su situación afectiva y de salud. Hay muchos factores que influyen y que tendremos que tener en cuenta, como son la edad del niño hospitalizado, el tiempo de hospitalización, el conocimiento o no del diagnóstico, el tipo de patología, la actitud de los padres.

La socialización. Es importante fomentar conductas en relación al grupo de iguales.





La acción participativa. Es preciso que todas las personas que giren alrededor del niño durante su proceso de hospitalización (personal sanitario, profesores, padres) puedan participar de las actividades, ya sea en su preparación como en su desarrollo.

En la medida de lo posible, se procura que el niño realice las mismas actividades que el resto de sus compañeros, siendo su referente el currículum del grupo  donde se encuentra escolarizado, lo que facilitará su continuidad educativa, cuando pueda volver a clase. Por todo ello, es necesaria la coordinación sistemática de los sujetos que intervienen en el proceso de recuperación,  con la finalidad de ofrecer un tratamiento integral al niño hospitalizado.

 Aun así son múltiples las muestras de cariño hacia esta aula que sigue trabajando con la misma ilusión del primer día.

 

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