La inclusión educativa ha de partir de la diferencia como riqueza personal
Dra. Toñy Castillo
La UNESCO[1] habla de la educación como un derecho humano fundamental y esencial para poder ejercer todos los demás derechos.
La educación promueve la libertad y la autonomía personal y genera importantes beneficios para el desarrollo. Sin embargo, millones de niños y adultos siguen privados de oportunidades educativas, en muchos casos, a causa de la pobreza.
“La inclusión es el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación. Involucra cambios y modificaciones en contenidos, aproximaciones, estructuras y estrategias, con una visión común que incluye a todos los niño del rango de edad apropiado y la convicción de que es la responsabilidad del sistema regular, educar a todos los niño.”
Los instrumentos normativos de las Naciones Unidas y de la UNESCO estipulan las obligaciones jurídicas internacionales del derecho a la educación. Estos instrumentos promueven y desarrollan el derecho de cada persona a disfrutar del acceso a la educación de calidad, sin discriminación ni exclusión, siendo un testimonio de gran importancia que los Estados Miembros y la Comunidad Internacional le asignan a la acción normativa con miras a hacer realidad el derecho a la educación. Corresponde a los gobiernos el cumplimiento de las obligaciones, tanto de índole jurídica como política, relativas al suministro de educación de calidad para todos y la aplicación y supervisión más eficaces de las estrategias educativas. Debido a su proceso de patología, esta disciplina ha supuesto para el niño en situación de enfermedad, el reconocimiento de la necesidad de un trabajo interdisciplinar que conlleve a la educación global.
La educación es un proceso continuo de adaptación, interiorización y aplicación de conocimientos, pautas y valores necesarios para el individuo. Ello ha de conllevar la aceptación y la motivación para la aplicación de nuevos conocimientos como elemento formante de la persona.
La educación inclusiva está basada en la diferencia como elemento esencial de todo niño/a, lugar donde las características personales, intereses, capacidades a desarrollar y necesidades educativas, emocionales y de aprendizaje han de marcar todo el proceso de crecimiento integral. Y las Aulas hospitalarias y la pedagogía hospitalaria parte de la necesidad de dotar al alumnado con adversidades en salud del derecho a ser niño/a y seguir con su proceso educativo.
Para ello es necesario dotar de respuestas educativas todo el contexto desarrollando propuestas didácticas que ayuden a estimular y fomentar la participación del alumnado en su totalidad. Así entendida, la atención a la diversidad es una responsabilidad asumida en un proceso de mejora global.
La Dra. Riquelme sitúa a las escuelas inclusivas como elemento imprescindible para facilitar un marco favorable en pro de la igualdad de oportunidades y la completa participación, ya que fomentan una educación personalizada, sobre la base de la solidaridad entre los alumnos para ayudar a mejorar la relación costo-eficacia de todo el sistema educativo.
Aparici (2008): “Para lograr estos objetivos la pedagogía hospitalaria se sirve de los siguientes modos de intervención: la enseñanza escolar, las actividades lúdicas, la orientación personal y las estrategias psicopedagógicas específicas de intervención. Estas estrategias conforman los programas de preparación a la hospitalización infantil, y entre las más empleadas están: la información consensual y sensorial, los modelos filmados, las técnicas de relajación, la distracción, la imaginación guiada, entre otras” y la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación como elementos de interrelación con el entorno cercano a la escuela del niño y el recurso que supone la comunicación en red siendo una ventana al mundo de los portales educativos y el acceso a la información. Es importante mantener una rutina durante el ingreso hospitalario lo más normalizada posible. Los niños a los que se aísla o se sobreprotege pueden manifestar problemas para socializarse o una tendencia a la dependencia emocional que podría desencadenar posteriores dificultades para separarse de los padres cuando sea el momento de participar en actividades escolares o de fuera del hogar. Es por ello muy positivo que esté en contacto con otros niños, en un entorno familiar, con elementos conocidos y cotidianos.
La corriente europea imperante desea construir una sociedad de aprendizaje que incorpore la tecnología sobre la base de un modelo pedagógico constructivista e integrador de los nuevos descubrimientos en el área de la psicología del aprendizaje y el funcionamiento cerebral, estableciendo el trabajo a distintos niveles de aprendizaje: en la escuela del hospital por medio de infraestructura telemática para evitar el desfase entre los niños que por sus características han de permanecer un tiempo ingresados y los que reciben atención ordinaria según su condición de salud.
Internet y el uso generalizado de las Nuevas Tecnologías están cambiando no sólo la actividad lúdica o la enseñanza, sino que aplicado a niños hospitalizados nos van a permitir superar las barreras del espacio y del tiempo, salvar distancias y situaciones de aislamiento, pues posibilita las comunicaciones entre el niño o joven enfermo y sus familiares, compañeros y amigos. En este marco de comunicación pueden seguir participando, aunque de forma virtual, en las actividades de su clase, recibir el seguimiento escolar de sus maestros y lo que es más importante, el favorecer la normalización de su proceso educativo durante su enfermedad, pues la permanencia en el hospital supone para el niño absentismo escolar y la pérdida de contacto con situaciones sociales.
El juego, la risa, la plástica, música, arte, han de formar parte del ideario de cualquier centro hospitalario como elementos de ayuda a una mejor calidad de vida de los niños.
Los diferentes proyectos que toman como base la pedagogía hospitalaria van más allá de la cura física de las patologías. Partiendo de la educación integral y la necesidad de estabilidad emocional que ayude al no aislamiento, son un intento de ayudar al niño a salir de la monotonía hospitalaria aportando desde diversas estrategias y técnicas un entorno favorecedor y motivador en el hospital.
[1] https://es.unesco.org/
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