Toda esta semana hemos estado trabajando diversos materiales de Sant Jordi, como el mural decorativo de la planta de pediatría y neonatos, la visera de dragón y una postal con la leyenda de Sant Jordi y un dibujo.
- Tenemos que ir a cazarlo. Lo podemos envenenar. ¡Mejor le preparamos una trampa, pero quién la hará porque yo no!
Nadie se atrevía a enfrentarlo. De lejos se escuchaba como el dragón llegaba y decía:
- Quiero que me deis a la princesa y así al resto del pueblo os dejaré tranquilos.
Toda la gente se quedó muy sorprendida, sin saber qué decir. El rey de un bote exclamó:
- ¡El dragón nos quiere robar a la princesa! No lo pienso consentir. Haremos un sondeo a ver quién se va con el dragón y así la princesa vivirá.
En aquel momento apareció una chica, ella era la princesa, y le dijo al pueblo:
- Tranquilos, yo me ofrezco voluntaria para ir. Tengo mil ideas y alguna buena seguro, algo podré hacer para liberarme del dragón.
- ¡NO, de ninguna forma! - Exclamar su padre, el Rey.
La princesa suplicó y suplicó al rey para ir y enfrentarse al dragón. Y después de mucho y mucho tiempo insistiendo al final lo consiguió. Y así fue como la joven princesa salió del pueblo para encontrarse con aquella bestia. Al empezar a bajar la montaña vio como el dragón sacaba humo por la boca. Pero de repente apareció un joven caballero, con una armadura brillante, montado sobre su majestuoso caballo.
- ¡Huye! Lo más rápido que puedas. De un momento al otro aparecerá el dragón y te comerá - Exclama la princesa al caballero.
Pero él respondió:
- No te preocupes, yo vengo desde muy lejos a salvarte y a salvar el pueblo.
No le dio tiempo a decir nada más, que salió el dragón. Y el caballero, sin saber qué hacer, le dio la lanza a la princesa. Ella toda valiente se la clavó y de una vez el dragón cayó redondo en el suelo.
- Que bien princesa, tú has salvado al pueblo y has acabado con esta tragedia. ¡Qué miedo hacía este dragón!
Donde el dragón tenía clavada la lanza salió un río de sangre, pasando por al lado de la princesa, donde empezó a florecer unas rosas muy bonitas y grandes. San Jorge cogió una y le dijo a la princesa:
- Ten princesa, esta bella rosa es por haber sido tan valiente y salvar al pueblo.
- Muchas gracias por la rosa. Ya es momento de volver al castillo, te obsequiaré con un libro para que tengas de recuerdo. - Le contesta la princesa.
Y después de esta historia pasaron muchas más. Cuento contado, cuento acabado.
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